jueves, 28 de julio de 2011

Artículo. Feria de Zafra: El primer Centro de Negocios de Extremadura

Toda región tiene su escaparate al mundo, generalmente un evento o una feria a través del cual, durante unos días señalados del año, muchas regiones del globo reciben su influencia. La más internacional de las muestras extremeñas es sin duda la de Zafra, una cita comercial de vital importancia para varios sectores de nuestra economía y que, como casi todo en esta tierra, guarda tras de si una historia por contar y un pasado rico en anécdotas y sucesos. Hoy os proponemos conocer de primera mano el cómo y el cuándo surgió este escaparate que, durante las fiestas de San Miguel, coloca a nuestra región en el punto de mira del capitalismo agrícola.

Fue allá por el 1380 cuando el monarca reinante concedió a Zafra la primera de sus ferias. Este tipo de acontecimientos medievales no eran demasiado frecuentes, y una licencia para el mismo era una garantía de éxito para la ciudad que lo acogiese, tal y como sucedió aquí. Tanta fue la fama que se labró aquella primera reunión comercial que en apenas 15 años le fue concedida la segunda, con fecha a principios de verano, durante las fiestas de San Juan, pero el “subidón” llegaría unos cuarenta años después de esta última, cuando los Suarez de Figueroa, señores de la urbe, recibiesen la concesión de una tercera feria al comienzo del otoño, haciéndola coincidir con San Miguel y dando así el pistoletazo de salida a la enorme tradición mercantil en toda la comarca.


Desde aquel 1435 que empezara todo, poco a poco la de Zafra se distinguió como importante lugar de reunión de las principales razas ganaderas, destacando la ovina, porcina y mular. Con el devenir de los siglos la especialización fue a más, pasando de simple encuentro de comerciantes a un primitivo laboratorio genético, donde se subastaban los más esplendorosos ejemplares de cada raza a fin de mejorar la calidad de las reses que estuvieran por venir.


Fue tal especialización que hizo famosa a la feria y colocó a la ciudad pacense en el mapa europeo, creando en torno a San Miguel un halo de negocios que ningún ganadero importante quería perderse. Sin embargo la entrada del turbulento siglo XX y la creciente desatención que en su primera mitad se hizo de las instalaciones, consiguieron una ligera mengua en sus visitantes que se reinició en la etapa 1960-1992, décadas estas en las que se hicieron notables esfuerzos para adecuar el recinto a la calidad que de él se esperaba.


Fue este último año 92, celebración del 500 centenario del descubrimiento de América, cuando se le da el impulso definitivo para volver a colocar la famosa feria de Zafra en el lugar internacional que siempre le correspondió, dando pie en los últimos veinte años a la más espectacular de las ferias agroganaderas de nuestro país, con visitantes que se cuentan por cientos de miles y cifras de negocio que asustan casi tanto como los ceros que las suceden. ¡Hasta mañana amigos!

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