La pregunta que les hacemos hoy es bien interesante ¿Qué es patrimonio? ¿Qué es historia? ¿Qué es pasado? Cada año legiones de turistas, de las que no nos excluimos, se desplazan a cientos de kilómetros de sus hogares con el mero objetivo de sacarse una foto junto a un edificio de dos mil años de historia como pueda ser el Coliseo, ahora bien, si lo hacen solo por lo antiguo de la mole ¿No serán más viejos aún el Tajo o el Guadiana? ¿Y las piedras con las que se construyó? Esas sí que son antiguas, llevan ahí desde que se formó el planeta. Nuestro objetivo será mostraros que existen monumentos más allá de iglesias y restos romanos, ocultos en nuestros bosques y pueblos, que si pudieran hablar contarían la historia toda de una Extremadura a la que vieron nacer, dar sus primeros pasos y llegar hasta nuestros días.
En estas tierras que se repartieron por igual hombres y encinas, en sus ciudades los unos y en sus dehesas los otros, vivieron los primeros vidas frugales, efímeras y más bien pobres, al amparo de los señoritos y los tiempos, que las más de las veces se las traían mal dadas. Frente a estos, pobres desgraciados, descansaba en un sueño de paz eterna el rey arbóreo, quien con espacio para crecer y a cierta distancia de sus semejantes se hizo con la tranquilidad necesaria para ver pasar los siglos con la pasividad de a quien nada le importa.
Por la Sierra de Montánchez, en el pueblo llamado la Zarza, se encuentra la majestuosa Encina Terrona, un magnífico ejemplar que guarda en sus siete metros y pico de diámetro los ochocientos años que se le calculan. Se llega a ella a través de un pintoresco camino que nace en la piscina municipal y que conduce al bello paraje conocido como el Cordel de la cumbre, desde el que se divisan fácilmente sus casi diecisiete metros de altura. En su entorno se puede pasar una agradable tarde de campo a tan solo 45 kilómetros de Cáceres
Pero no todos son encinas entre los árboles centenarios que pueblan nuestra tierra, y uno de los ejemplos más llamativos es el Enebro de las Mestas. Esta insigne figura del pueblo lleva desde el siglo XVII presidiendo la plaza justo frente a la iglesia, atesorando las historias del más norteño de los casi mitológicos valles hurdanos. Además es en sí mismo un monumento a la población arbórea que antiguamente cubría las comarca y que fue suplantada a finales del siglo pasado por otras especies como el pino.
1 comentarios:
Hola! una pregunta, estas fotos tienen derecho de autor? podria usar alguna para un web?.
este es mi correo: wokup10@hotmail.es
gracias!
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